martes, 10 de octubre de 2017

Para mi la fotografía es un momento de dejar ser, de dejar ir. Un momento de absoluta intimidad e intensidad con el instante.
Busco la perfección, como la busco en todo, miro, encuadro, busco el ángulo perfecto, todo en milésimas de segundos, luego disparo. Una vez, a lo sumo dos. Hacerlo más veces es no creer en mi, no confiar en el instante. La imagen ya me dio todo lo que podía darme. Yo a ella. Y me fui.
(Con un poco de suerte vendrá otro instante o el instante sucedido habrá tenido el poder suficiente para dejarme vuelta sólo hacia mi. Sigo al sol, rezo bajito. SI a todo).

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