Me estoy poniendo en orden. Aunque, tal vez, si alguien se acercara en este momento confundiría mi vida con un cuarto repleto de telarañas, sábanas revueltas, fotos viejas y momentos que se han ido. Recuerdos que corrieron, en vano, a buscar al olvido que nunca se ha dejado alcanzar.
Y así estoy, en plena caída o en pleno ascenso o en plena nada. De nuevo hacia un lugar, a cualquier parte, hacia un olor, un nombre, hacia otros sueños que estrenaré mañana.