martes, 18 de noviembre de 2008

¿El mensaje en Javier de Miguel ha llegado?...

Pienso en tus lunares…
Esa constelación dibujada en tu mejilla derecha
En la que cuento los días de esperarte.

Sábes?
La misma constelación está en mi mejilla izquierda
Y el oráculo de las mismas estrellas
En el mismo lugar en el que las tuyas se dispersan.

Las has visto?
Fue tan fugaz el encuentro que no te ha quemado su brillo
La luz que podía reunirnos en este universo
De sondas y amaneceres y arena de playa bajo los adoquines.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Entrevista a Gustavo Cordera - BERSUIT

Simple y sintético, pero se podría decir que hay una contienda mundial. Por un lado, la devastación, por el otro, la vida… Religión, violencia, dinero, ego, por un lado… amor, comunidad, diversidad, tolerancia, por el otro… y así, se ve claro. ¿Cómo te ves en esa contienda? ¿Cómo estás en esa contienda?

Y… en principio esa contienda la tengo adentro. El campo de batalla donde se está librando esa contienda a la cual vos te referís lo tengo adentro, y creo que en el disco de alguna manera también se desarrolla esa contienda en canciones como "Siempre el mismo pelotudo", en canciones como "Rebelión", en donde se está pidiendo la rebelión, pero la rebelión del amor, la rebelión del dolor hecho canción, el perfume del amor, rebelión del corazón, esa rebeldía que es la más fuerte, es la más valiente de todas las rebeldías, está esa contradicción y esa batalla se libra entre nosotros, y nosotros lo expresamos a través de la música, no haciendo la rebelión con guitarras heavy metal y con odio, sino haciéndola con amor, con el amor, creyendo en la fuerza del amor como fuerza de rebeldía máxima, suprema, total, Gandhi, el Che Guevara, Luca Prodan, digamos rebelión del amor, esa rebeldía. Entonces ves que lo que es adentro también es afuera y que esa contienda está existiendo en todo orden, a nivel político, a nivel social; hoy los empresarios tratan de no darse cuenta del daño que están haciendo y tratan de no ser conscientes de que en este momento son los asesinos número uno en la Tierra, los verdaderos jinetes del Apocalipsis generando todavía alguna alianza secreta con la gente del pueblo para prometerle trabajo, para tenerla siempre bajo el hechizo del progreso, pero a ellos les hablo yo, ellos saben quiénes son, ellos saben perfectamente quiénes son, y yo sé perfectamente quiénes son ellos. Ésa es una contienda que se está librando a todo nivel, y es la contienda entre la salud y la enfermedad, entre la vida y la muerte, entre la naturaleza y el hombre, entre la ira y la ambición y la elegancia y el agradecimiento, entre Botnia y Gualeguaychú, entre Alto Paraná y Misiones, entre el proyecto Pascualama de San Juan y las montañas, entre La Lumbrera y la gente de Catamarca, entre los indios y los gobernadores, entre los recursos naturales y los presidentes. Símbolos de enfrentamientos entre la demencia y la salud, entre la estupidez en su máximo nivel de creatividad, y la sensatez y la sensibilidad y la espiritualidad que no entienden de estúpidos en el poder. Por eso creo que esa macrocontienda es también una microcontienda que yo tengo adentro mío, porque esos dos mundos conviven; por suerte, en la medida en que voy trabajando, en la medida en que voy siendo consciente, en la medida en que estoy creciendo, me siento un poquito más sabio y un poquito más espiritual también, y en este momento en la balanza tiene mucho peso la aparición de la sensatez, de la sensibilidad, de la salud, de la belleza, del agradecimiento, del quedarme feliz y sentirme feliz en ese lugar en el que estoy, sin necesidad de emprender ninguna empresa ni ningún gran viaje para alcanzar la felicidad, ni conseguir muchísimas cosas creyendo que así voy a alcanzar la felicidad, y sí mirando todo lo que me ofrece la vida cotidiana. Precisamente por esto que te estoy contando, la felicidad trae como consecuencia el respeto por el otro, no necesitás ir a la iglesia, no necesitás votar a ningún candidato político si tenés dicha, ellos necesitan de gente desdichada, que son sus clientes y que van a pedirle a Dios que les cambie la vida, con un voto a un presidente que los va a salvar, que los va a ayudar, y ésa es la trampa en la que incurren los infelices; por eso la infelicidad se cultiva, las empresas cultivan infelicidad, con sus trabajos de mierda, con su moral de mierda, con sus ilusiones hechas mierda, y entonces, bueno, lógicamente, creo en esa dicha a la que me refiero sin ambición y sin ira. Es totalmente transformadora, es una vibración alucinante.

¿Pero no te parece que tenemos que dar un paso más?

Y… no, no lo creo, no creo en nada que ocurra de acuerdo con mi descripción o mi deseo, no confío en mis deseos y no confío en mis decisiones en este momento de mi vida, en otros momentos sí confiaba y creí en eso, pero en este momento confío mucho más en que formamos parte de un cosmos monstruosamente gigante e incomprensible para nosotros y que, a pesar del poder que creemos tener, es absoluto, hay fuerzas superiores que nos pueden hacer desaparecer de la faz de la Tierra. Tarde o temprano esto se va a reestablecer o va a tener un nuevo equilibrio del cual nosotros no formaremos parte, solamente porque fuimos suicidas; el que mata es porque quiere morir, el que está matando un animal, en realidad se está suicidando, lo digo como persona, como carne, no lo digo desde otro lugar, lo digo desde el lugar donde siento lo que estoy diciendo, donde sé lo que estoy diciendo, soy lo que estoy diciendo, no soy un cohete, formo parte de lo que estoy diciendo, matar es una forma de suicidio, exterminar es una forma de exterminio, de autoexterminio, de vos y de toda tu especie, de todo lo que existe en tu mundo porque es muy pequeño. Todo esto se puede reestablecer, todo es más resistente que nosotros, un perro es más resistente que nosotros, un cocodrilo también lo es, ponete a correr al lado de un perro a ver adónde llegás, que el campeón mundial de maratón corra al lado de un perro linyera, a ver quién llega primero… Un perro linyera muerto de hambre… te vas a dar cuenta de que es mucho más resistente que el máximo maratonista que existe en el planeta. Entonces a lo que voy es a que los insectos son más resistentes, las plantas también lo son a las temperaturas y demás, somos muy frágiles y no nos comportamos con respeto frente a esa fragilidad y agradeciendo el lugar que ocupamos en el mundo, esa cosa de devoción que tenían los indios, los hombres primitivos, veneración al sol, respeto a la lluvia, fascinación casi te diría, que no tiene que ver con el miedo sino que tiene que ver fundamentalmente con la comprensión del lugar que ocupamos dentro de la naturaleza; ellos sí sabían el lugar que ocupamos dentro de la naturaleza, nosotros perdimos esa noción y estamos totalmente desamparados creyendo que esto nos protege, que lo que estamos consiguiendo nos protege, que la ciudad nos protege, creyendo que haciendo una ciudad nos vamos a librar de la necesidad del agua, de la necesidad del oxígeno, de la necesidad de la verdura para comer, de la necesidad de los alimentos, de la necesidad de protección contra el cosmos. No nos libramos de eso construyendo grandes ciudades, al contrario, estamos tapando una realidad que puede aplastar una ciudad tranquilamente.