viernes, 28 de noviembre de 2014

Un guiño del Universo,
un gigante se despierta.
Conozco segundas partes mejores que las primeras.
Conozco historias únicas sin principio ni final.
Un guiño en el Universo.
El gigante camina.
Rezo bajito, para adentro...

miércoles, 19 de noviembre de 2014


Y cerrás los ojos y te quedás quieta en un lugar  y empezás a desear a alguien que te cuide y que te ame. Y rezás, bajito, para adentro...

sábado, 15 de noviembre de 2014

cuánto extraño tu cuidado, tus ojos, lo que hacían tus manos mientras yo caminaba alrededor sin que te dieras cuenta de cuánto las miraba...

martes, 11 de noviembre de 2014

Un domingo en la Plaza de la Intendencia, en Cba, con mates hasta la lluvia, volvimos corriendo pero ya era tarde. Estábamos mojados y nos reíamos. Fuimos a tu casa, pusiste a Luis a todo volumen, nos tiramos en la cama mirando el techo de tu monoambiente en planta baja. No había techo. Era otro lugar y atardecía, pasaba el tiempo. Las cabezas cerca sobre la cama, los cuerpos distantes. Pero había una magia en ese silencio y un respeto que llenaban la habitación entera y el edificio y la cuadra… Te miré una sola vez. Yo lloraba. Vos también llorabas. 
Seis años después entendiste mis rabietas de aquel entonces. Yo creí que conmigo no te alcanzaba - me dijiste. Causo ese extraño efecto, el de que crean lo que no es - respondí. Pero sólo pude volver a escuchar a Luis hace muy poco tiempo. Al revivir. 
Escribe más claro para que pueda verse el diamante. "Para ciertos recuerdos hay un álbum de agua"

martes, 4 de noviembre de 2014

A veces te extraño tanto... pero ya no sé si es una imagen o eras vos.
Extraño la fuerza sobre la que podía recostarme, extraño a quien entró a mi vida sin preguntar.
¿A dónde estás? - me digo - ¿A dónde estás?

lunes, 3 de noviembre de 2014

the man who sold the world

Culpables del tiempo transcurrido  con esta noción de lejanía - “principito mío, fragilidad del cielo” - escribía a los 16 y me enamoraba a la par de “the man who sold the world” sin saber por qué… Y aún no sé tantas cosas y la mayoría de las cosas que supe se transformaron después en un barquito de papel que naufragaba en una boca de tormenta, entonces ya no me fío… Pero me gusta escucharte reir con las coincidencias que advertís siempre antes que yo (mientras te canto Automatic Imperfection, matan a alguien en Oxford). 

Yo no sé si las cosas son simples, complejas, si hubo elección o si tanto camino recorrido era parte de un mapa que conducía irremediablemente,  al día que te dije:  – pongo una canción que me encanta, no sé por qué me encanta... y volvías a reir.