jueves, 28 de noviembre de 2013

Esa noche no tuve miedo,  me distendía el frío, el camperón de plumas y tu mano firme tomando mi mano o mi cintura. Son seguras tus manos aunque uno no sepa a dónde va…  Aún tengo la fuerza del viento en la cara y el aroma húmedo de la madrugada, aún recuerdo nuestros pies en la acera y el sendero de los Poetas ¿se llamaba el sendero de los Poetas o es mi memoria que va transformando las cosas? Tus gestos se van poniendo difusos, tantas confesiones, tanto hacernos cargo de mirar y de ser vistos, sin disimulos. Qué gusto, sin disimulos! Esa noche volví a mi casa de la infancia, a mis recuerdos felices, a los amores perdidos, a los patines que nunca pude comprarme… Esa noche, tu abrazo, unió todas las partes rotas de mi alma. 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Que vuelvan las horas de la tregua
que son siempre las horas
en las que estamos juntos,
tregua con todo lo que no ha sido amor
durante tantos años.

Suena La Última Prosa
mientras miro tu entrecejo
como si estuvieras acá
como si ahí alumbrara mi faro.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Anoche escribí el final de "El Diario de un Mentiroso"... lo comparto. 
La forma del libro es una idea de Evelin Anessa, que se tomó el trabajo de leer, interpretarme, hacer algunas correcciones y ver en él la misma repetición de mis dos partes: una más literaria, una más autobiográfica, una más de cuento y otra más real, una llena de amor, otra minada de sarcasmo. Por eso dentro del libro se incluyen "El Tercer Rastro" y "Con los pies en el Agua", los dos nombres que ha tenido mi blog. Con El Diario de un Mentiroso cierro otro ciclo. Y posiblemente esté listo e impreso para el año que viene.
Ese final comienza con este poema que leí hace poco gracias a Adela Culzoni que lo subió a su página de face.

OTRA PUERTA GIRATORIA

Resulta que la vida no era solo empujar,
ni un juego de dudosos espejismos.
No había que perderse dando vueltas
en una puerta giratoria,
ni desconfiar de todos los reflejos,
ni creer cualquier cosa sólo porque
la imagen parecía verdadera.
Había que encontrar el punto justo
donde azar y destino son lo mismo,
el exacto momento en que la puerta
giratoria te ofrece una salida.

Amalia Bautista

"La gente quiere convencerme de que es correcto acostarse a la hora adecuada y yo no puedo explicarle mi comunión con la noche, que a ciertas horas suceden cosas que duermen con la luz del día, se abren las grandes búsquedas y la paz y la libertad cambian sus colores y se vuelven exactamente como es uno, algunos días pura melancolía otros días puro amor.

La gente me habla de la farándula y de apellidos que no recuerdo, vedets y Fandiño, Solciño, Maurihno y yo les puedo decir de memoria el poema 20 de Neruda o el capítulo 7 de Rayuela, cosas que nunca han estado de moda. Puedo también citarles capítulos enteros del Principito y largarme a llorar mientras lo hago... pero nada de eso tiene rating.

La gente me habla de las noticias: Justin Bieber, la violencia en Buenos Aires, los robos y secuestros express y a mi ese mundo me llega desde una distancia tan grande, como si me hablaran de la vida en otro planeta. Aunque posiblemente la vida en otro planeta me resulte una idea más cercana. No porque no me afecten las noticias, aunque Justin no me afecta en lo más mínimo, sólo veo a un pobre chico tratando de sobrevivir acosado por el “éxito”. Pero quiero decir… la violencia…. Hay tanto contenido y tanto aprendizaje detrás de algunas hechos que juzgarlos injustos a simple vista puede ser injusto también. Ya no veo al mundo dividido entre buenos y malos, ya no veo al mundo divido entre víctimas y perpetradores… y ni siquiera es que no lo vea… sino que hay tanto contenido detrás de ello que ya no puede elegir entre los dos: los años en psicología me enseñaron a ver que hay alianzas poderosas construidas entre los pueblos, entre las clases sociales, entre las familias, entre el ser humano en conflicto consigo mismo y con otro ser humano…

La gente me habla de lo difícil que le resulta lograr lo que quiere… trabajo, estudio, vivir donde quiere vivir, estar donde quiere estar y yo asiento… no puedo decirles a todos la verdad: que cuando el miedo es más grande que la voluntad y que el deseo, nadie va a ninguna parte, ni consigue lo que quiere, ni trabaja donde quiere, ni estudia lo que ama, ni vive en el pedacito de mundo que fue construido para él o que a veces, incluso, detrás del deseo hay otro deseo aún más vivo, aún más congruente con esa realidad conocida de la que se quejan… y que para superar algunas limitaciones y autolimitaciones hay que trabajar mucho adentro, mucho... pero que luego del trabajo suceden los sueños, como sucede el amanecer, quiera uno o no...

La gente me habla de lo importante que es tener una casa, un auto y sí, es importante pero lo cierto es que me he dedicado mucho más tiempo a tener pupilas confiables delante de los ojos que a todo lo demás que otros juzgan como fundamental y que a mí me ha parecido ciertamente, secundario. Un buen libro, un recital en una ciudad cualquiera, unas vueltas en las montañas de San Juan, caminar por Buenos Aires de la mano y detenerse a ver un árbol que es único en el mundo con una persona tan maravillada como vos viendo el mismo árbol, estar en los momentos en los que es imprescindible estar con las personas amadas… Entonces me dicen casa y auto y sí... qué se yo, relativo... yo me llené la vida de cosas fundamentales, de las que se irán conmigo cuando muera: el tacto de la cara de mi hija, las caminatas eternas por Nueva Córdoba, risas, la noche cercana en que perdimos el miedo a los ojos que miran en los caminos de nuestra ciudad…

La gente me habla de lo que duele la tristeza, de lo que estorba la tristeza. Yo conozco lo que duele la tristeza, lo que estorba la desilusión, lo que se tuerce el mundo con las piezas perdidas de un rompecabezas... yo lo sé porque en algún momento he perdido casi todo y seguí caminando, contando sólo con la fuerza de mis pies. Las conozco por haberlas atravesado, tal y como me gusta ser atravesada por las cosas porque sólo pasando por el centro, las cosas entran y salen del corazón. Y con las que no salen se aprende a vivir: a reconocer que uno antes era otro y que tuvo los amores de ese otro, los gustos de ese otro, los puntos de vista de ese otro y que eso estuvo bien así, aunque ya no sea porque la nostalgia del tiempo pasado no se conjuga con el deseo del tiempo actual. Porque lo que se elige hoy siempre resuena mejor en nuestro interior que lo que se ha elegido ayer. Porque elijo ser PRESENTE.

La gente me dice que la vida es dura… y la vida es vida, con todo lo que eso implica y es necesario estar dispuesto a sacarle jugo todo el tiempo en lo bueno y en lo demás también. La gente me dice que no elija lo que es imposible, la gente me pregunta por qué encuentro belleza donde los demás no ven nada o por qué siento mal olor en el mejor de los banquetes, la gente me pregunta por qué los quiero… y en principio, sólo porque existen y con eso me basta… luego, para detenerme más para invitarlos a mi mundo me hace falta una comunión que no siento por todos o que no sigo sintiendo por todos, transcurrido un tiempo… ¿cerca, cerca, cerca? Pocos, aquellos que entienden completamente como cambia el brillo de mi pupila ante las injusticias, ante el dolor, ante el amor, en qué momento necesito la caricia la que no seré capaz de pedir de otra forma que con los ojos, porque con las palabras sonaría a reproche o a urgencia cuando en realidad... ¿Cerca? Aquellos que disfrutan tanto como yo de mi locura y que se atreven por momentos a ser mi norte.

Tuve que descreer y transitar muchos caminos en dirección contraria, destejí muchos cuentos hasta llegar a esta verdad y desde el fondo de mi alma agradezco cada paso. Yo siempre creí en mí, ahora creo también en el orden del mundo. Sin miedo de perder nada y a nadie, sólo eligiendo lo que se hace elegible a cada paso. Se terminaron las ilusiones de una sola pata, la verdad siempre es relativa a nuestro punto de conciencia. Hoy, no hay nada que disfrute más que ceder el mando y quedarme dormida en el asiento de acompañante del auto. Bajé la guardia y empiezo a creer que la vida, Dios, el destino nos ponen simplemente frente a lo que ES y frente a lo que es sólo se puede hacer una cosa que no había probado nunca: soltar el aire y dejarme llevar. Este es el fin de las mentiras, al menos de las mentiras que me conté al oído durante tanto tiempo".

lunes, 4 de noviembre de 2013

No se puede amar a medias... yo que he estado a medias en casi todos los amores o completa en aquellos a quienes no podía amar más que la mitad... yo que he escrito larguísimos poemas destinados siempre al fracaso, a la ausencia, porque para eso escribimos: para llenar un vacío, para iluminar una habitación oscura con un fósforo... para calentarnos los pies con una agüita cualquiera en medio del invierno.

Nunca tuve coraje para entrar en el amor tal como el amor exigía: más allá de circunstancias y atracciones pasajeras, pensar en las arrugas, en las canas, en el mismo gesto infinitamente repetido cambiando apenas por el paso del tiempo, porque la piel decae, porque algunos años se está más gordo y otros se está más flaco... Yo que siempre encuentro un pormenor o un pormayor para emprender la retirada porque he elegido sin pensar en el tiempo, porque he elegido sólo hasta pasado mañana.

Y ahora... que una parte de mi se anima a más, otra parte se muere de miedo y demora... la libertad de tocar una piel única en el mundo y posar el centro en medio de los dos...