domingo, 23 de febrero de 2014

Tal vez se trataba de dejar de buscar afuera,
detenerse, mirar el interior, las habitaciones vedadas del alma,
los recuerdos que aún en el tiempo dejan su estela de dolor
las otras que he sido antes: inocente, infantil, solitaria, peligrosa;
las que sigo siendo hoy.
Tal vez se trataba de dejar entrar la luz, despacito
acostumbrar la mirada, dejar de volar
porque en este mismo suelo que pisan todos
yo también tengo patria, soy, pertenezco
y aunque me parezca extraño, después de tanto buscar,
los que nos parecemos, nos encontramos
y tomados de la mano elegimos el rumbo de este mundo
yendo a pie.  

sábado, 8 de febrero de 2014

Aún no he aprendido a reconciliarlas: mientras una busca paz, la otra me da un susto de muerte; mientras una mira las estrellas la otra me pone la vida del revés y me obliga a mirar el suelo; mientras una camina melancólica y triste, la otra atrae esplendor y sorpresas. Son dos fuerzas contradictorias que se yerguen en direcciones contrarias y que sin embargo son incapaces de sobrevivir por separado, una es fuerte donde la otra es débil y viceversa.

Este es mi destino: mediar entre dos mujeres, trabajar para ambas, vivir sus vidas y no dejar que nadie pero nadie, les prohíba la luz y la oscuridad que llevan consigo. Una aguerrida, la otra sutil y vulnerable. Ambas, amigas del dolor y de la magia. Las dos buscando su continente de acción, de amor y de consuelo. Ambas abiertas a hallar su patria, su congénere.

(No había que elegir entre Talita y la Maga, entre Horacio y Traveler. Ambos estaban ahí, cada cual en un sólo cuerpo, mirándose mirar el Río de la Plata. Ella desde el mar a Montevideo, él de Montevideo al mar.
Lo más cabal y complejo era reconciliar al doppelgänger que llevaban dentro.
La trama, en sus cien leguas, comenzó a tejerse en otros tiempos. Encontrarse, fue consecuencia).

F.B

- "Cada confesión, cada doctrina salvadora, nos parecía de antemano muerta y sin sentido. Sólo concebíamos como deber y destino el que cada cual llegara a ser completamente él mismo, que viviera entregado tan por completo a la fuerza de la naturaleza en él activa que el destino incierto le encontrara preparado para todo, trajera lo que trajera". H.H -

lunes, 3 de febrero de 2014

Cuando te veo, veo la esperanza,
en definitiva es eso la esperanza… 
un pedacito de duda con frutas en la boca tomando el sol, 
haya afuera sol o lluvia. 
No es una certeza la esperanza 
ni es la llave que abre la puerta de este laberinto que es vivir, 
el ojito en la cerradura es la esperanza,
haber encontrado la puerta tal vez 
o creer haber encontrado la puerta
pero yo desconfío de la puerta, de los puentes y de los barcos de papel.
Cuando te veo, veo la esperanza, nada más…
y recuerdo aquel poema que escribí con 15 años:
(…) ¨hombrecito mío, fragilidad del cielo
he mirado a las estrellas buscándote… ¨