Qué tenés
para mí, quiero decir que en algún bolsillo tiene que haber algo escondido, como
en los pantalones un vuelto olvidado, guardado sin saber. Un pedacito de cielo
arriba de aquel agujero en el caí sin saber que caía. Un faro en alta mar
recordando una orilla lejana, las luces de neón de un hotel de una carretera
perdida. Vuelvo a preguntar: qué tenés para mí que dure más de lo que dura un
instante y que aparte de durar, valga lo que vale la vida.
Una mirada cae en el desierto y así como
las cosas pasan, pasa la gente, las huellas que borra la marea. Entonces lo que trasciende, en qué rincón de qué estación, de qué maleta, de cuál señor
y en qué tiempo quedó perdido. ¿Dónde está la vibra sonante que toca en Fa
menor estas letras que hoy te escribo?