sábado, 8 de febrero de 2014

Aún no he aprendido a reconciliarlas: mientras una busca paz, la otra me da un susto de muerte; mientras una mira las estrellas la otra me pone la vida del revés y me obliga a mirar el suelo; mientras una camina melancólica y triste, la otra atrae esplendor y sorpresas. Son dos fuerzas contradictorias que se yerguen en direcciones contrarias y que sin embargo son incapaces de sobrevivir por separado, una es fuerte donde la otra es débil y viceversa.

Este es mi destino: mediar entre dos mujeres, trabajar para ambas, vivir sus vidas y no dejar que nadie pero nadie, les prohíba la luz y la oscuridad que llevan consigo. Una aguerrida, la otra sutil y vulnerable. Ambas, amigas del dolor y de la magia. Las dos buscando su continente de acción, de amor y de consuelo. Ambas abiertas a hallar su patria, su congénere.

(No había que elegir entre Talita y la Maga, entre Horacio y Traveler. Ambos estaban ahí, cada cual en un sólo cuerpo, mirándose mirar el Río de la Plata. Ella desde el mar a Montevideo, él de Montevideo al mar.
Lo más cabal y complejo era reconciliar al doppelgänger que llevaban dentro.
La trama, en sus cien leguas, comenzó a tejerse en otros tiempos. Encontrarse, fue consecuencia).

F.B

- "Cada confesión, cada doctrina salvadora, nos parecía de antemano muerta y sin sentido. Sólo concebíamos como deber y destino el que cada cual llegara a ser completamente él mismo, que viviera entregado tan por completo a la fuerza de la naturaleza en él activa que el destino incierto le encontrara preparado para todo, trajera lo que trajera". H.H -

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