martes, 10 de octubre de 2017

Y que sos ese pedazo de infinito que roza la nuca con las estrellas, entonces podés ser constelación, montaña misteriosa atravesada por las nubes que es un iceberg al revés. Y yo un habitante de un mundo acuático que nada sabe del aire y de lo que ven los hombres que surcan las superficies.
Y te miro desde aquí, desde mi baja visión del mundo, sin predecir, ni imaginar, ni esperar, ni decidir, ni buscar, ni encontrar. Sólo te miro desde aquí y se siente bien tu guía de noche clara.

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