miércoles, 3 de agosto de 2011

Reset

Cuando te amé
hube pensado por fin que eso era amor
y que nada del amor había existido antes
que estaba a punto de aprender de una vez y para siempre
las cosas que el amor hacía en las personas que aman
que el alma podía perderse por la boca
que el sexo era prescindible e imprescindible
que te podía encontrar en cualquier rincón del mundo
porque me bastaba con mirar a cualquier lado
para mirarte.
Sentí que todos los tesoros estaban desenterrados
que el suelo era sólo para que apoyemos los pies descalzos
que los días y los años tendrían una continuidad exacta
donde no cabía la rutina, ni los sueños,
porque más allá de rutina y sueños íbamos los dos
tocándonos a veces, soltando sin disimulo
tanto amor amontonado reproduciéndose sin más
en el aire, en una flor, en cada paso.
Pero... ¿qué habrá pasado entonces?
¿qué conjuro del destino quiso separarnos?
¿o fuiste tú o fui yo? ¿o fue la causa última del abandono?
ya no te amo, es verdad, pero recuerdo a aquella que era yo
en ese entonces y que no sé a dónde fue
a la vera de qué camino ha cruzado la última estación
de este tren que me lleva a ninguna parte.
¿A dónde estás ahora que los árboles recuperan las hojas?
¿por qué no está tu nombre en la línea de mis manos?
¿por qué no somos una sola sombra hecha de dos? deshechos...
Ya no puedo encontrarte aunque te cruce por ahí
si hubiera un reset para este corazón sin maquillaje…

No hay comentarios: