lunes, 8 de agosto de 2011

El Hilo de Ariadna

Me he quedado como la chica de tu historia
retrasando las llaves en la cerradura,
en ese breve instante de tu voz…
Alrededor el mundo se había desvanecido
y yo sola con mi timidez y tú enfrente,
soltando las pocas palabras que pude pronunciar
permaneciendo en tu mirada sin sombra,
amaneciendo.
¿Me llamarás algún día,
templarás mi frío,
ocuparás el asiento que está a mi lado
tendrán sentido todos los fracasos cuando te escuche respirar?
Invítame a cenar en la azotea,
haré desvanecer el ovillo, como Ariadna, con la esperanza
de que te tomés de él, leas "entrar en ti" y
sientas que esa, puede ser, nuestra salida.

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