lunes, 22 de octubre de 2012

Y me planté, firme como una estatua, delante de tí.

Si no fuera por tu ego hubieras entendido que mi forma de querer es lenta y precisa, que soy cuidadosa en extremo. Las expresiones de la forma fueron nimias, leves, apariencia apenas, palabras. Alcanzaba una ramita para encauzar el caudal de una gota de rocío, de una salpicadura.
Si no fuera por mi orgullo, podría decirte simplemente “hola”, podrías decirlo también vos. Mis últimas palabras, frente a frente, fueron claras “a veces el impulso es otra forma del miedo” y no te alcanzó para entender.
Si me abrí de golpe, fue porque parecías conocerme tan bien, desde antes, como adivinando… Si me cerré, fue precisamente porque parecía.


"- Hay algo que usted debe saber: todos estamos condenados a un hechizo cósmico. El universo es irremediablemente fugitivo. Nadie puede detenerse. Salvo que usted sea tan estúpido como para creer que detenerse es esto. Y se plantó, firme como una estatua, delante de mí" Alejandro Dolina - El Caminante V

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