Cuídame porque siempre tengo miedo,
de los otros y del mundo,
cuídame porque puedo volverme fría como el hielo
pero es el miedo que entumece mis manos y mi voz.
Cuídame como si pudieras verlo
parado frente a mí, junto a mí,
sosteniéndome como una columna vertebral,
cuídame porque abrirme de verdad es tan difícil.
Puedo contarte mis astucias,
parecer fuerte y arrogante, arrojada,
puedo actuar muy bien,
cuídame precisamente porque no te darás cuenta casi.
Cuídame,
hasta que aprendas a ver, a verme de verdad.
Cuídame,
como cuando casi creí que me veías al mirarme desde lejos.
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