jueves, 15 de julio de 2010

El libro anda rodando

No sé cuántas veces más cambiará este primer capítulo. El único adelanto que habrá hasta que esté terminado, ciencia ficción. Algunos saben el nombre, para los que no, "Los INVISIBLES":

La Convocatoria (por Frank)

Son 10. Buen número pienso cuando los veo esperando, ojalá todos sigan adelante.

- ¿Qué los habrá traído hasta acá? tendremos derecho a saberlo o incluso a preguntarles…, seguro que no. Los sigo con la mirada, un signo de esperanza se dibuja en mi cara, lo sé, mis expectativas son grandes.

Ellos esperan, parados algunos, sentados otros; salvo dos, el resto está en silencio. Hasta el piso blanco dibuja sus siluetas y sus facciones, altos, esbeltos, perfectos. La verdad que no es posible mirarlos y no enamorarse de ellos. Uno es bastante mayor que los demás. ¿100 años tendrá? 100 o algo más pero su figura atlética hace pensar en que quizás sea el más apto. Ojalá el tiempo en nuestro planeta y las experiencias por las que ha atravesado le hayan servido para aprender los goces de la humildad. Estoy pensando mucho y sé que así no puedo sentirlos, con cuánta frecuencia lo olvido. Aparto la mirada.

Hablamos un rato entre nosotros. Hablamos de ellos pero no nos interrumpen. Sabemos sus nombres, siete veces se han vuelto a alistar en nuestros trenchs con lo engorrosas que eran las pruebas… Tal vez alguno se dió cuenta que no se trataba de “medirlos” en nada, salvo sí probar su motivación y su perseverancia. Vuelvo a pensar que son los indicados, por más difícil que sea lo que vamos a hacer.

Vuelvo a dirigir mi mirada hacia ellos, los contemplo, empiezo a saber qué les pasa, cómo se sienten. Lo mismo advertirán ellos de mí sobre todo el que me mira desde que entré y hay otro que no mira a ninguno de los cuatro, ni al resto, está en sí mismo. El pensamiento de Laura interfiere, la ansiedad de Rose también, más distante que yo se mantiene Samuel y sin embargo la sonrisa se le sale de la cara.

El blanco de la recepción: paredes, sillones, piso, techo; la madera añeja de los muebles, poquitos muebles, mucho espacio y por todas las ventanas se ve la naturaleza de múltiples verdes, los colores de las flores; el olor del día que entra como una brisa, acariciándonos. Nosotros nerviosos, ellos también; todos esperando. Los ingenieros no quieren estar esta vez y me parece bien. La ciencia debe venir después del contacto, después del encuentro.

Los colores del sol en las caras de los 10, empiezo a pensar que debemos reunirnos afuera, al aire libre. Lo que queremos hacer no puede empezar de una manera formal, en una sala de reuniones, por más ambientación que hayamos hecho. Es demasiado importante para empezar así. Esos lugares “acartonados” se han usado desde el principio de la historia para tomar las “decisiones importantes”, pero siempre han sido decisiones racionales y a grandes desastres nos han conducido. Miro la ventana y me digo a mí mismo: sí a plena luz del sol vamos a intercambiar por primera vez. Samuel asiente, Laura sigue contemplándolos. Le avisamos a Rose y empezamos a caminar hacia allá.

... CONTINUARÁ

1 comentario:

Federico Gauffin dijo...

¡Hey! ¡No me dejés así!
¿Cómo sigue?