Nadie despierta sabiendo a dónde va,
con qué brisa se topará mañana, bajo qué sol,
a la sombra de qué árbol echará su nido.
Seguimos la primavera cuando llega el invierno
de sur a norte y de norte a sur,
los vuelamundos, pares de alas abiertas que tiritan.
Bajo tu vera, en espiral, deseo encontrarte
pajaro de viento y aire
y volver a temblar... cuando te miro.
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