lunes, 3 de marzo de 2014

Abrís tu computadora, yo abro la mía. Elegís fotos al azar. Podes abrir también las viejas cajas y hacer lo mismo. Puedo mostrarte mis fotos, vos las tuyas. Puedo recordarme ahí, en tantos momentos vividos... seguro te pasará lo mismo y hasta la melancolía... porque el pasado es ese lugar al que no se vuelve. 

Porque uno puede volver con los de antes: las calles transitadas, los bares, un viejo amor pero es sólo una manera de decir... no se vuelve. Ya no somos los mismos, tendríamos que ignorar todo lo que sucedió después, cada pieza que en este rompecabezas cayó para que nos miremos hoy de frente, para que te muestre estas viejas fotos, todas estas en las que no estás ahí ni te presentía, tantas vidas talladas bajo una misma piel.

Miro tus fotos... ¿quién eras? ¿qué emoción te obligaba a cerrar los ojos? ¿cómo era el tacto de tu mano menos envejecida? ¿a quién mirabas? ¿se repiten tus gestos o alguno de ellos murió para siempre? ¿cambió el contenido y cambió la forma de tu risa? ¿besabas igual o tus besos de hoy nacen de todos los besos de ayer, aún de esos para los que no tuviste tiempo?

Mirás mis fotos y te quedás callado. Cuántas preguntas duermen bajo un silencio. Estamos hechos de historias. Cerrás tu computadora, yo cierro la mía.
Mientras pueda mirarte a los ojos - te digo - mientras quiera mirarte...

Mis grandes amores son tierra, patria y presente. Podrían llevarse todas las fotos y todos los recuerdos y cada día encontraría un motivo para elegirlos. No se vuelve. Y hay gente que sólo invita a quedarse cerca. 

No hay comentarios: