domingo, 12 de septiembre de 2010

Mil y un empates

Sos vos, no sé cómo decirlo,
la síntesis, el final del laberinto
y el principio.
Por una vez de igual a igual
y no estoy frente al espejo,
por una vez un extranjero,
a cuatro cuadras de mi casa.
Otra caja de pandora, otro gato de metal,
vena de relámpagos y embrujos
un kamikaze del talmud de sus cerrojos,
tan caído como yo en lo que calla.
Tú, experto en quiromancia;
yo, tarot por osadía.
Tú, matemática y arpegios,
yo, gramática y ciencias subjetivas.
Astillas del mismo árbol perdido del Olimpo,
con el fruto que separa el bien del mal,
con acuerdo en casi nada.
Si emprendemos el pulso de la mano más pesada,
arde Troya, suenan disparates.
Por primera vez siento que ganar
es matar y morir por mil y un empates.´

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