miércoles, 11 de agosto de 2010

El libro anda rodando III

La Decisión (por Franck)

Cuando todo estuvo listo, listo y aprobado, decidimos convocarlos. Acordamos un plan mínimo para saber cómo seguir, a dónde buscar, a quiénes esperar, cuál será la mejor manera de dar el próximo paso, sólo el próximo paso. Nos preguntamos entonces: ¿pondremos límites al reclutamiento por edad, zona de origen, aptitudes?; ¿haremos el llamado público o privado?; ¿algunos oficios o profesiones tendrán privilegio sobre otras?; ¿estamos acaso en condiciones de elegir y poner condiciones? Si ni nosotros sabemos, ni estimamos siquiera hasta dónde puede llevarnos la experiencia.
No importa cuánto hayamos avanzado, lo impredecible sigue siendo una de las virtudes más bellas y tal vez más temidas del universo. Manejamos sólo un pequeño abanico de posibilidades… algunas previsibles aunque no sabemos qué sucederá si ocurren; otras cuyas soluciones sólo encontraremos cuando se presente el momento y otras también, a las que no nos será permitido conocer, ni anticipar, ni solucionar, ni percibir.
…¿Niños, serán aceptados los niños? ¿Podemos decidir nosotros quién, quiénes, cuántos?… Sí podemos, tenemos el “poder” para elegir eso pero querríamos acaso excluir de esa manera. A esta altura sabemos que la verdad, muchas veces, se revela de la mano de quienes menos esperamos y es un destello que nos ilumina y nos cambia para siempre.
No puedo comprender, al menos yo, la envergadura de lo que nos proponemos y eso que soy de los que buscan hasta el último pretexto antes de decir sí a un proyecto nuevo. Mil preguntas me hice en mi fuero interno: ¿podemos intervenir sólo porque somos más adelantados? “Sfff, adelantados” hasta mis palabras suenan carentes de sentido cuando el contexto de las cosas es tan amplio. ¿Cuál es el límite? ¿Y si alguno de nosotros se queda allá, si alguno de nosotros decide quedarse? ¿Si alguno de nosotros deja de existir? ¿Cómo sería simplemente dejar de existir? Y los que presenciemos eso ¿seremos concientes de que alguien no ha vuelto? Porque si la consecuencia de lo que queremos hacer es que alguno de nosotros simplemente no exista, será entonces que en esa nueva realidad, nunca ha partido… ¿será borrado también de nuestra memoria en el mismo momento del aleteo? ¿Cuáles serían las consecuencias de algo así? Si la vida se ha proyectado a través de él y tiene hijos, esos cuerpos también desaparecerían. Consecuencias… Nuestra propia existencia en este plano quintudimensional está en juego. ¿Acaso esto tiene sentido?
¿Qué pasará con nosotros, con todos, si cumplimos con el objetivo? ¿Qué pasará con nuestro mundo? ¿Y si nos equivocamos y la mejor manera de enseñar y aprender es por otro medio? Tantas preguntas que no tienen respuesta… Paso a paso me digo, para tranquilizarme. Las decisiones se miden en el presente no en el futuro. Las decisiones se toman a partir de la información, el deseo, las sensaciones, el impulso, la fuerza, las ganas, las posibilidades de hoy. Si la posibilidad llegó a nuestras manos es porque contamos con todo lo necesario para hacerlo. Caso contrario, no habría aparecido.

Recuerdo cuando llegaron los ingenieros del sector “descubrimiento” y nos dijeron – funcionan, están terminados, hicimos las pruebas, deben probarlos ustedes ahora.
Parecía una mañana como cualquier otra salvo por la coincidencia de nuestros sueños. Samuel, Elizabeth, Sâleh, Laura, Hakim, Noah, Ariadna, Gyana, Alma y yo estuvimos conversando esa semana de algunas visiones que hemos tenido y esa noche, cada uno de nosotros, ha soñado lo mismo. Caminábamos en un campo amplio y verde, viniendo desde puntos distantes en el horizonte hasta acercarnos y formar un círculo pequeño. Cuando estuvimos ahí parados, uno cerca del otro, pudimos ver que llevábamos una burbuja en la mano izquierda. Todos vestíamos atuendos simples y coloridos; en la otra mano cada uno tenía también su Aleph. Nos miramos, extendimos los brazos a nuestros costados, casi tocándonos y Aleph y burbujas, suspendidos en el aire, comenzaron a girar, cada vez más rápido, creando luz a nuestro alrededor. Esa luz se hacía intensa y despertamos comprendiendo que algo pasaría.

Las miradas de los quince, acaso veinte, que estábamos reunidos cuando llegaron los ingenieros asentimos al escucharlos hablar del descubrimiento. Ni siquiera necesitamos preguntar a cuál descubrimiento se referían, lo supimos al verlos. Hace muchísimos años que ellos investigan al respecto como sus antecesores y los de más atrás. Cada investigación ha sido tan exhaustiva como se ha podido y pasado el tiempo en que seguir, parecía un camino estéril, se le daba prioridad a otro proyecto y se volvía a retomar éste cuando aparecía una nueva idea, cuando algo del avance del resto de las ciencias aportada un grano de esperanza. Ya hace más de 1000 años que comprendimos la ley de Isomorfismo lo que nos ha llevado a avanzar de manera progresiva y donde la ciencia como totalidad ha sabido no sólo reconocer sino aprovechar, en la máxima expresión de la palabra, lo que antes cada área del conocimiento hubiera desperdiciado sólo para sí misma.
Tres o cuatro necesitaron hablar cuando los ingenieros dieron la noticia – nunca para adelante –dijeron al unísono. Para adelante no podemos comprender, para adelante las limitaciones se multiplican. Pero hacia atrás… dije yo y dejé los puntos suspensivos flotando en el aire, experto en trabas parezco. Igual el Grupo de los 100 sabe el valor de mis preguntas, de mis objeciones, de mis dudas… ellos valoran eso de mí, que yo a veces amo y otras, odio profundamente. Cuando volvimos a reunirnos para hablar sobre el tema, he expuesto cada una de mis preguntas.


En un día de septiembre del 3527 se patentó el descubrimiento, horas después de que el grupo de ingenieros acudió a darnos la noticia. Sin embargo todos decidimos juntarnos a principios del 3528. La cita era a las 10.00 de la mañana, elegimos el salón que está en el medio de “La Ilusión”, con grandes ventanales en cada uno de sus laterales. “La Larva” como solemos llamarlo, haciendo referencia a esa sensación que uno tiene en él, de estar a la vez expuesto y protegido; si bien se parece más a una gran caja de cristal.
Los 100 nos sentamos en círculo, con nuestros atrios de vidrio despojados. Los consejeros sugirieron que cada uno lleve su Aleph y todos lo hicimos. Más que nunca me inquietada el motivo de la reunión, las caras de algunos eran felices. Samuel como siempre estaba entre ellos. Laura en cambio parecía “neutral” pero su cercanía a Hakîm desde el último trimestre me hacía pensar que su neutralidad no es tal y hoy, no se le ha despegado. Me he acercado a ella sin poder conectarme, no me ha permitido entrar. En mi presencia su mente está en blanco, hasta en sueños levanta una barrera y cuando ingreso en ellos comienza a disolver las imágenes en situaciones banales. Es la primera vez que no nos hemos comunicado en tanto tiempo, si bien no hemos dejado de hablar. Palabrerío, hasta había olvidado lo que eran las relaciones del clishé. Rose, sentada junto a mi, fresca y jovial como siempre, si bien es la mayor de los cuatro y no creo que sólo en esta vida esto sea cierto. Su liviandad no puede ser sólo falta de experiencia de su espíritu. En medio de cualquier “catástrofe” Rose es liviana. Bromeo diciéndole que nació levitando y que su padre debió de traerla devuelta a la Tierra con mariposas. De hecho levita mejor que cualquiera.

Continuará...

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