lunes, 5 de marzo de 2012

Entrega

I
No me dejes pensar, no.

No me dejes detener el deseo.
No me des en porciones tu amor,
no me vengas con más pataleo.
No temas por dónde va la pasión
ni me preguntes por cada parpadeo.
Yo no sé del futuro ni tú,
sabes que vendrá después del mareo.
Yo no quiero garantías ni quiero
tu piel por correo,
me importa un bledo
dónde está la llave de tanto bloqueo.
Llévame más allá del dolor,
muéstrame que no tienes un corazón de museo.
Y olvida todo lo demás,
que este soneto no tiene derecho
a ningún lloriqueo.


2 comentarios:

Sabbat dijo...

Ay, el amor!!
:)

Unknown dijo...

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos...
J.C.