viernes, 14 de mayo de 2010

Conclusión y Principio (Fábula)

Desde los tiempos de los tiempos de los tiempos, han existido dos Grandes y Únicos Amantes en la vastedad del Universo. Esos amantes inmemorables aunque infinitos, siguen estando por encima, por debajo, por dentro y por fuera de todas las cosas.
Muchos los han envidiado, muchos han querido quitarles su gracia, muchos han querido vengarse y han competido por ser más que ellos.
La Libertad y el Amor que se enlazan en mutuo respeto y armonía, se acarician las sienes, se susurran melodías al oído y con sus manos, construyen y reconstruyen sueños.
Y ninguno de los se preocupa de esos que los corren por los tiempos de los tiempos de los tiempos, en círculos concéntricos, como perros buscándose la cola. ¿Podría el amor si es amor, no amarlos? ¿Podría la Libertad coartarlos de sí misma? Los náufragos que siempre han estado en su casa: el odio, la guerra, el orgullo, el poder, los prejuicios que de tanto girar y girar, un día y sin pensar, dejarán de estar perdidos.
¿Y por qué tienen en ellos su páramo? Porque cuando el Amor tuvo que elegir entre él y la Libertad, desde su esencia y generosidad, dijo: la Libertad está primero. Y cuando la Libertad tuvo que elegir entre uno de los dos, desde su esencia y albedrío, dejó que el Amor elija su destino.
Y así, desde los tiempos de los tiempos de los tiempos, ellos dos son los Padres de Todas las Cosas.

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