viernes, 3 de octubre de 2008

En algunos ojos puede resumirse la felicidad




Ella atraviesa la soledad en mí
con su forma personal
de ser tempestad y calma.

Devela los misterios y revuelve
lo que he ordenado en años,
de lo que me ha llevado ser quien soy.

Ella conjuga mis objetos,
objeta, con sorderas bondadosas,
mis palabras gastadas
de no haber estado a prueba.

Sueña los sueños que yo vivo,
vive los sueños donde muero
y me dedica una sonrisa simple,
con el sí con el que cierra sus ojos.

Ella es suave y letal,
refulgente como un rayo
en plena noche de invierno.

Es ese vencer los no puedo que podía,
los puedo que no quiero
y pido una mano o dos,
para volverme sólo a mi,
sólo que ya en mí está ella
y vuelvo a su encuentro cuando empieza el día.

Es DHARMA tan propia,
tan ajena y única,
tan de dos, de cien, sin dos con vos,
tan ella, tan brava, tan bahía.

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