miércoles, 18 de febrero de 2015

SI QUIERES CAMBIAR EL MUNDO, AMA A UN HOMBRE.

Si quieres cambiar el mundo, ama a un hombre, ámalo realmente.
Encuentra a aquél cuyos ojos son como flameantes soles
que te hicieron apartar la mirada la primera vez,
que te atraviesan,
que te dejan ciega a todo menos al momento,
fundiéndote en un charco de suave luz pastel,
aunque te estremezcas con el color, rosa.
El que detiene tu pensamiento,
que hace que tus pestañas revoloteen,
y la sangre corra en tus mejillas.
El que es lento para tomar la palabra,
cuya sonrisa es como una flauta,
que convoca canciones de abejas,
canciones que florecen y cantos matutinos de pájaros
con su escucha.
El caído del cielo con la marca en la espalda
de donde perdió sus plumas por volar demasiado cerca de una estrella.
El roto en busca de sus alas,
que te cuenta la historia de cómo hacer fuego.

Si quieres cambiar el mundo,
ama a un hombre
más allá de su miedo a ser quemado.
Más allá de la falta de perdón y de los muros que has construido para proteger tu soberanía y el anonimato.
Ámalo más allá de las viejas heridas y mentiras
que creíste que eran verdaderas,
el agujero en tu corazón por un padre ausente,
la cicatriz que los ladrones dejaron en tu flor sagrada.
Más allá de las vidas pasadas y la memoria
que mantienes como un altar a la traición,
cuando caíste de rodillas en las cenizas de tu pueblo
y el amor se convirtió en un campo de huesos.
Levanta tu rostro ensombrecido y mira de frente al que tienes delante de ti.
Toma su mano y permítele elevarse hasta tus pies.
Confía en él para abrazarte mientras tiemblas y lloras en sus brazos por todo lo que se ha perdido y es encontrado en este instante santo.

Si quieres cambiar el mundo,
ama a un hombre,
más allá de tu falta de fe
y tu odio secreto a la humanidad.
Más allá de todo tu juicio y de tu proyección autosuficiente.
La piedra en tu corazón es tan antigua
como la idea de que había que negar su existencia
para conocer tu poder.
No sois menos Dios de lo que nunca fuisteis
El hombre no es más culpable de lo que la mujer es inocente.
Ámalo por soportar la carga del deseo en su sexo de modo que tu templo pueda permanecer completo en si mismo.
por asumir el aspecto escindido de la mente que pareció abandonar la unidad de los cielos para que puedas conocer la alegría de su extensión.
Ama la raíz extática, primal
castrada por la religión como el origen de todos los males
El canal de impulso creador divino
Que despierta las semillas de la vida, la muerte y el nacimiento
desde el vientre de espacio y tiempo.
Ama al humilde guardián y guerrero
El hombre ha sido de la mujer
aun cuando él la caza
incluso en su impulso hacia la autogratificación
que en última instancia es el portal a la unión del alma.
Ama al violador que sostiene el espejo
a todo lo que has repudiado dentro de ti misma
de modo que tu deseo, tu impulso creativo pueda ser liberado
de las cadenas de la separación, la falta y la culpa
y puedas finalmente confiar en Ti misma.

Si quieres cambiar el mundo, ama a un hombre
en toda su naturaleza animal instintiva
en toda su hambre y devoción a la belleza.
Ámalo más allá de tu vanidad y arrogancia
tu dorada posesividad y necesidad de ser especial
más allá de tus muy pensadas condiciones de seguridad y de todos tus conceptos de cómo debe ser un hombre en una relación.
Ámalo más allá de tu rabia por no salirte con la tuya,
más allá de tu terror de no saber o estar en control.
Ámalo en su incesante búsqueda
de penetrar en los más profundos santuarios dentro de ti,
que mantienen el caos de tus más fuertes emociones
tus secretos cuidadosamente guardados de separación entre luz y oscuridad, virgen y prostituta, hombre y mujer, espíritu y forma.
Ámalo por abrir la puerta a la sensualidad,
a tu ser primordial que está más allá de la dualidad,
por ligarte al placer
aun cuando el aire se cierre entorno vuestro
aun cuando se retuercen con locura
maldiciendo su encarnación como el enemigo
aun cuando te contraes y arañas
llorando de desesperación, qué gozo trae.
Ámalo por no ceder
a tu resistencia a rendirte
de pie en su poder masculino
aun cuando lo amenazas con destruirlo.

Si quieres cambiar el mundo,
ama a tu hombre por dejarte vivir su propósito,
ya sea por un día, una semana, meses o años.
Ámalo por romper su propio corazón una y otra vez
Por la celebración de la tensión y el equilibrio
de polaridad e intimidad, de distancia y cercanía.
Ama su necesidad de silencio y de consuelo,
por mantener algo de su misterio para si mismo.
No es que él tiene algo que ocultar
Sino que así siempre tendrás sorpresas!
Ama su naturaleza evolutiva,
que busca nuevas experiencias
que nunca puede estar satisfecha
por su curiosidad sin límites
que si se le permite ser libre
podría ser tu propia liberación
de la complacencia.
Ámalo por brillar de manera independiente
desde el trono de su propia majestad,
por no necesitar, pero por elegirte
desde un lugar de conocer su magnificencia.
Ámalo por ser tu paciente dirección y destino,
por devolverte tu propio brillo
a través de la noche oscura
por ayudarte a recordar
la única relación que has tenido y tratado de olvidar.
Por traerte a ese vulnerable, indefenso
permanente lugar de la rendición
al que has temido y has esperado durante toda tu vida
donde puedes finalmente ser consumida por el amor
donde realmente puedes ser reclamada por Dios.
Lisa Citore.

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