No todos pueden compartir la maravilla. Los críticos del bien
y el mal la tienen vedada. Tanto como la tienen vedada los que no tienen los
pies en el suelo, el alma en el cielo y el corazón en lo profundo.
La cuarta
dimensión está a la vuelta de la esquina, se cruza la puerta y ¡páfate!
Cronopio,
cronopio aprieta contra su pecho los hilos, uno es azul.
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