sábado, 20 de marzo de 2010

Reivindacion del Chamuyo (del soborno de los Hombres Sensibles del Barrio de Flores)

A punta de puñal, como quien quiere quitarme para siempre de encima sus gélidas manos, los Hombres Sensibles del Barrio de Flores me han pedido, sobornado, sugerido y solicitado que esconda tan delirante y delicado impulso brujeril. Han gritado a voz quebrada: señorita!... y yo, que a veces entiendo, no he necesitado más palabras.

Y en nombre de ellos, esta reivindación del chamuyo que viene a asentir a todos los hombres, que en su intento siempre dificil de acercarse a una dama, intentan una conversación que al menos no empieza con "quiero llevarla a mi cama". Agradecida, escribo esta declaración:

"Cuando ustedes se acercan... la mujer sensible - porque no sólo de Hombres Sensibles está hecho el mundo - que hasta las psicólogas llevamos adentro, sonrie, cruza los dedos y espera.

Y si olemos misterio, buen porte, gusto por las cosas que nos gustan y eso que no se explica pero que está, nos quedamos ahi escuchàndolos. Escuchar que es una manera de decir, porque en realidad, nos quedamos soñando. Y si usted no es azul, mejor porque el azul destiñe, puede parecerse igual, en su propia forma, a ese principe de cuento que nos contaban las abuelas.

Entonces caballerosamente, digan lo que les salga y no se preocupen, que si no va la primera, brindamos por la segunda. No hay palabras equivocadas... algunos conjuros sólo los define el instante en que deciden y decidimos, mirarnos a los ojos una vez más.

No hay precio que pague el volver a creer, aún cuando lo que quede después, sea despertar del sueño".

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